Una presentación prevista para la Academia Americana de Neurología l en Toronto, del 10 al 17 de abril de 2010 permitirá conocer el hallazgo de Nicolaos Scarmeas, MD, MSc de la Columbia University Medical Center en Nueva York, de que consumir una dieta mediterránea puede ayudar a preservar la memoria y la capacidad de aprendizaje, mediante protección contra la enfermedad cerebrovascular.
La dieta consumida habitualmente en la región mediterránea contiene grandes cantidades de frutas, verduras, legumbres, cereales, pescado y grasas monoinsaturadas, bajos niveles de grasas saturadas, carnes rojas y aves de corral, y una cantidad moderada de alcohol. En una investigación anterior realizada por Scarmeas y sus colegas, se encontró asociación entre el consumo de la dieta mediterránea y un menor riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer, además de mejorar la supervivencia entre los pacientes con enfermedad de Alzheimer. Para el estudio actual, el equipo del Dr. Scarmeas 'realizó una resonancia magnética (MRI) en los cerebros de 712 residentes.
Doscientos treinta y ocho sujetos tuvieron al menos un infarto (un área del cerebro dañada por la circulación sanguínea reducida que se produce en la enfermedad cerebrovascular). El terico de hombres y mujeres que comieron más acorde a la dieta mediterránea obtuvieron una probabilidad de un 36,1 por ciento menor de infarto en comparación con aquellos cuya uso de la dieta era más bajo, y aquellos en el tercio medio tuvieron un 21 por ciento de menor riesgo.
"La relación entre este tipo de daño cerebral y la dieta mediterránea fue comparable con la de la presión arterial alta," observó el Dr. Scarmeas. "En este estudio el no comer una dieta como la mediterránea tuvo el mismo efecto en el cerebro como tener presión arterial alta."
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