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EPA y DHA necesarios para un óptimo funcionamiento del sistema nervioso

EPA y DHA necesarios para la óptima función del sistema nervioso

Un informe que aparece en la edición de diciembre de 2009 de la revista de la American Psychological Association Behavioral Neuroscience revela que las dietas que no proporcionen la cantidad suficiente de ácidos grasos omega-3, ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), pueden afectar negativamente al sistema nervioso. El hallazgo podría influir en la comprensión de los déficits de procesamietno de información que se producen en la esquizofrenia, la enfermedad bipolar, el trastorno obsesivo-compulsivo, los trastornos de déficit de atención con hiperactividad (TDAH), la enfermedad de Huntington y otros trastornos del sistema nervioso.

Norman Salem, Jr, PhD del Laboratorio de Bioquímica y Biofísica de la Membrana en el Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo y sus compañeros dieron una de las cuatro dietas siguientes a ratones hembra embarazadas y sus hijos: deficiente en ácidos grasos omega-3, baja en ácido alfa-linolénico, alta en ácido alfa-linolénico, o una dieta enriquecida en EPA y DHA. El DHA es el principal ácido graso omega-3 en el sistema nervioso, incluyendo el cerebro. Cuando el DHA es metabolizado a partir de ácido alfa-linolénico de la dieta, la conversión es mínima. "Los seres humanos pueden convertir menos del uno por ciento de los precursores, en DHA, lo que hace que el DHA sea un nutriente esencial en la dieta humana", señaló la coautora Irina Fedorova. Esto hace que sea de vital importancia una fuente dietética de DHA y EPA, como el aceite de pescado o algas.

Hijos adultos de los ratones en los cuatro grupos fueron analizados para determinar el funcionamiento del sistema nervioso con la exposición a un ruido fuerte precedida por un tono más suave de advertencia. Los animales normalmente se alteran al oír un tono alto, sin embargo, el grado de alteración se reduce cuando los animales son expuestos previamente a un tono de aviso: un proceso adaptativo se conoce como sincronización sensomotora. Una débil sincronización en el ser humano se asocia con una serie de trastornos del sistema nervioso.

Mientras que los ratones que fueron criados en EPA y DHA demostraron sincronización normal, los animales que recibieron las otras dietas eran más sorprendidos por el ruido fuerte. El hallazgo sugiere que un estado de sobrecarga sensorial podría ser producto de la carencia de DHA.

La capacidad de DHA y EPA para ayudar a mantener las membranas de las células nerviosas puede ser responsable de los efectos protectores observados en el estudio actual. "Es una batalla cuesta arriba ahora revertir el mensaje de que "las grasas son malas", y aumentar las grasas omega-3 en nuestra dieta", comentó el Dr. Salem. "Sólo hace falta un pequeño decremento de DHA en el cerebro para producir pérdidas en la función cerebral."


 

 

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